jueves, 19 de diciembre de 2024

PRÓLOGO: PASTELITOS DE CARNE

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OTRAS PÁGINAS EN ESPAÑOL

 

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OTRAS PÁGINAS EN ESPAÑOL

 


    PRÓLOGO 

Para un libro sobre actores dentro del armario en Hollywood, es inevitable hablar de Henry Willson, el avispado representante de la mayoría de actores gay en la meca del cine. Aunque los representados tenían más que una ventana abierta del armario. El representante de Hollywood sometía sexualmente a sus actores, los casaba a la fuerza e inventaba romances. 


Henry Wilson junto a su representado más famoso: Rock Hudson

Los chicos de Henry Willson, o sus pastelitos de carne. Ya hablamos de una nueva generación de actores, formados todos en el Actor's Studio, que surge en el cine de Hollywood en los años 50. Son nuestros Rebeldes favoritos del Método: Brando, Clift, Newman y Dean. No confundir con los "Beefcake Boys", jóvenes y hermosos ejemplares también, pero que no eran necesariamente conocidos por sus habilidades dramáticas en la gran pantalla, sino por lo bien que quedaban sin camiseta en la portada de una revista o del brazo de la última estrella de turno. 

Son los chicos del Technicolor: algunos no sabían hablar, pero qué más da, si la cámara y el público les amaba. Beefcake (en oposición al término Cheesecake), se refiere al consumo del cuerpo masculino como objeto sexual, todo un negocio tras la Segunda Guerra Mundial. Las revistas de cine empiezan a mostrar a chicos guapos y atléticos, y el fenómeno se extiende a las revistas de culturismo, en las que aparecen aspirantes a actores, desnudos o en bañador, la mejor excusa, casi la única, para un público gay. Es un concepto que ya se utilizaba con Rodolfo Valentino y Ramón Novarro, los primeros en mostrar el torso desnudo en la gran pantalla. Esta tendencia continua en los años 30 con Tarzán, los beefcake por excelencia: Buster Crabbe, Johnny Weissmuller... 

Hay ejemplos en los años 40, pero no es hasta los 50 cuando se produce la explosión de los pastelitos de carne. 

Buster Crabbe, es el único actor que ha interpretado a Tarzán, Flash Gordon y Buck Rogers, los héroes del cómic de los años 30. Buster Crabbe, Medalla de Oro en Los Angeles'32, en Search for Beauty interpreta a un nadador olímpico como él, y tiene una escena en los vestuarios MUY INTERESANTE para este post, más si tenemos en cuenta que se trata de un film de 1934. 

Henry Willson fue un cazatalentos de Hollywood -trabajaba para el productor David O.Selznick, fundamental en la popularización de los Beefcakes. Frecuentaba bares gays donde prometía fama, dinero y una carrera en el cine a jóvenes que veía con potencial, o a aquellos que le gustaban con la única pretensión de acostarse con ellos. Su primer cliente (y amante) fue Junior Durkin, que murió en accidente de coche con apenas 20 años. 


Willson tenía un talento especial para descubrir caras nuevas, aunque sus aptitudes para la interpretación fueran inversamente proporcional a su belleza. Se consolida en el negocio con Desde que te fuiste -el pretendido homenaje de Selznick a la labor de las mujeres durante la Segunda Guerra Mundial, con Claudette Colbert, Jennifer Jones y Shirley Temple-, consiguió colocar a Guy Madison, Craig Stevens y John Derek en papeles secundarios. Es entonces cuando abre su propia agencia que se nutre de las carreras de sus hallazgos, efÍmeras la mayoría de las veces, y con bastante éxito en algún caso. 

La mayoría de sus representados eran chicos, pero le debemos también el descubrimiento, entre otras, de Rhonda Fleming, Gena Rowlands, Debbie Reynolds, o Judy Tumer, que rebautizó como Lana Tumer. Ann Doran, otra de sus clientas, decía que "si un actor joven y guapo tenía a Henry Willson como agente, se asumía que era homosexual, como si lo tuviese escrito en la frente"... otros se dejaban hacer, alguno era heterosexual, incluso. Pero si eras un chico Willson todo el mundo daba por supuesto que te habías acostado con él. 

La mayoría de sus clientes importantes fueron abandonándole poco a poco debido a su mala reputación. Pero con la llegada de la TV pudo mantener ocupados al resto de sus muchachos durante varios años. La plantilla que pudo reunir en su agencia es impresionante: entre los que pasaron por su oficina, aunque no necesariamente por sus manos, están Troy Donahue, Tab Hunter, John Gavin, Robert Wagner o Jeffrey Hunter, pero sobre todo es famoso por ser El hombre que inventó a Rock Hudson. Rock Hudson fue el más aventajado de sus protegidos. En todos los sentidos: sorprendía al propio Willson porque siempre estaba dispuesto a mucho más de lo que se le pedía. La Universal se dio cuenta de que estaba ante una estrella emergente con el éxito de Obsesión, y ante el eminente estreno de Gigante le casaron rápidamente con una secretaria del estudio para acallar los rumores que circulaban sobre su homosexualidad. Uno de los secretos mejor guardados de Hollywood, que el mundo no supo hasta los años 80. Phillyps Gates, al morir éste, publicó "muy oportunamente" Mi esposo: Rock Hudson. Aunque ella dibuja un panorama terrible, el de una mujer engañada, y un hombre violento, no hay quien se crea que se casó enamorada del actor y no como una estrategia del estudio para ocultar un escándalo. 

Guy Madison era empleado de telefónica y Guardacostas, pero dejó la Armada cuando Willson le dijo "nene, tú vales mucho". Un pequeño papel como marinero en Desde que te fuiste, fue suficiente para convertirse en la sensación de 1944. Tras el estreno del film, el estudio recibió miles de cartas de admiradoras que deseaban saber más de él. Madison firmó por RKO y apareció en varias películas, pero no tuvo el mismo éxito que como chico pin-up. Acabó en Europa haciendo spaghetti westerns. Está considerado como el original "Beefcake". Fue el primer descubrimiento importante de Henry Willson, y lo que le empujó a crear una agencia especializada en este tipo de actor. 

Troy Donahue era el beefcake favorito de las adolescentes. Era el primero en reconocer su escaso talento como actor, pero su cara en las portadas vendía muchísimas revistas de cine. Se coló en el reparto de Imitación a la vida, donde conoció a su gran amiga Sandra Dee, con la que formó la pareja ideal (y ñoña) de la América de los 50. Había tan buena química entre ellos que les volvieron a unir en En una isla tranquila, al Sur. Ella estuvo enamorada de él, platónicamente, hasta que apareció Bobby Darin. Con Connie Stevens, otra buena amiga, rodó el melodrama kitsch Susan Slade y, mi favorita, la deliciosa Parrish. Y con la bella Suzanne Pleshette, con quien estuvo casado nueve meses, coincidió en otras dos ocasiones. 

Robert Wagner y Jeffrey Hunter, rivales en la pantalla, amigos íntimos en su vida privada. Representan a la perfección al Beefcake de la década. Hunter era el (proto)típico ídolo juvenil, Wagner era más como el amigo ideal o una especie de hermano mayor. Robert Wagner era guapo, tenía talento y tuvo mucha suerte. Al inicio de su carrera fue apadrinado por el actor gay Clifton Webb, quien le presentó a las personas más importantes de Hollywood, y le dio buenos consejos, entre ellos que participara en Con una canción en mi corazón, junto a Susan Hayward, que supuso su revelación, y le coló junto a él en el reparto de Titanic, donde trabajaba la también armarizada Barbara Stanwyck. 

La política matrimonial de Hollywood, que era más rígida que la de los Reyes Católicos, aireó un supuesto romance entre ambos. Poco después se casó con una jovencísima Natalie Wood (otra chica Willson después de su etapa infantil). Con su amigo Jeffrey Hunter coincidió en varias ocasiones: en la primera versión de Bésame antes de morir, o La verdadera historia de Jesse James, de Nicholas Ray, en la que Robert interpretaba a Jesse y Jeffrey a Frank James. Ray volvió a llamarle para interpretar a Jesucristo en Rey de Reyes. Le ayudó mucho en su carrera formar parte del grupo de actores habituales de John Ford: El último hurra, El sargento negro, y el que creo que fue su gran papel, el indio mestizo que acompañaba a John Wayne en Centauros del desierto. 

Tab Hunter, otro ídolo juvenil que como Donahue -atlético, rubio, y de ojos azules- tan sólo era una cara bonita. Se especializó en películas de surf sin ningún interés, pero como personaje era muy interesante. Guardacostas a los 14, con 15 era el centro de atención de las fiestas de Cole Poster en Nueva York, con 16 se va a Hollywood, y alcanza la fama con 20. Su homosexualidad fue ocultada celosamente por la maquinaria de Hollywood. Sin embargo, curiosamente, las revistas de la época mostraban al actor en actitudes que tanto ayer como hoy pueden ser consideradas abiertamente gay. Cocinando con Roddy McDowall durante el rodaje de The Loved One; o escuchando a un maquilladísimo John Bromfield hablar por teléfono con un tremendo bañador blanco; con Rudolf Nureyev, disfrutando de una divertida jornada en el mar, con unos bañadores ajustadísimos. A pesar de que se le inventaban romances con jóvenes actrices como Debbie Reynolds o Natalie Wood, nadie en Hollywood desconocía su relación con el actor Anthony Perkins o Ronnie Robertson, patinador sobre hielo, con los que mantuvo una larga relación sentimental. Estaba retirado cuando John Waters le llamó para Polyester, y su pareja produjo Lust in the Dust. Aunque siempre vivió su sexualidad alegremente, no lo confirma hasta 2005 que publica Tab Hunter Confidential: The Making of a Movie Star, en la que cuenta su relación con el productor Allan Glaser desde 1982, que está preparando en la actualidad un documental sobre su vida. 

Natalie Wood y Margaret O'Brien solían jugar a tratar de averiguar cuáles de ellos se había acostado con Henry Willson. «Oh por supuesto, sali con todos estos chicos homosexuales porque me gustaban más. No eran unos frescos. Eran divertidos, dulces. No se echaban sobre mí como el resto de hombres heterosexuales...» dijo Debbie Reynolds. 

La Universal le había contratado sólo por su espectacular físico, pero además era buen actor. Ganó el Globo de Oro a la nueva promesa de 1955, sin embargo, George Nader tuvo que competir con actores más famosos como Tony Curtis, Jeff Chandler o Rock Hudson, con el que mantuvo una relación íntima. No estoy seguro si era Nader al que pillaron en la parte trasera de un coche con Hudson, pero fue el que pagó el precio más caro. 

La revista más cotilla de Hollywood, Confidencial -especializada en excesos, infidelidades... (sexo, drogas y bebop)-, quería revelar la homosexualidad de Rock Hudson poco antes del estreno de Gigante. Willson se las arregló para evitar el escándalo: le obligaron a casarse con la secretaria y, a cambio del silencio de la revista, vendió el pasado de Tab Hunter, Rory Calhoun, y la intimidad de George Nader. Fue su final en Hollywood. Se vino a Europa con su pareja, Mark Miller, que curiosamente era el secretario de Rock Hudson. 

Rory Calhoun fue descubierto por Willson cuando acababa de salir de la cárcel. El primer nombre que tuvo en su reciente agencia. Su primer trabajo fue como acompañante de Lana Turner al estreno de Recuerda de Hitchcock. Era el escolta perfecto para las estrellas femeninas del estudio. Fue otro de los sacrificados por Willson en beneficio de Rock Hudson: aunque se descubrió el pasado carcelario de Rory Calhoun, no le perjudicó demasiado, es más creció su fama de chico malo. Estuvo casado dos veces, pero fue muy amigo de Guy Madison (Henry Willson decía que mucho más que amigos), incluso fue el padrino de uno de sus hijos. 

Farley Granger, en Senso de Luchino Visconti o la ópera prima de Nicholas Ray, Los amantes de la noche, también protagonizó dos de las películas de Hitchcock que tienen fama de esconder un subtexto gay: La soga, y Extraños en un tren. En El Celuloide Oculto declara que durante el rodaje de La soga los actores en todo momento sabían que estaban interpretando a una pareja homosexual. En 2007 publicó Include Me Out, una suculenta biografía donde repasa esta intra-historia de Hollywood, co-escrita con Robert Calhoun, su pareja durante 45 años. Es de los pocos gays reconocidos que presume de no haber pasado por las manos de Willson. 

El Peplum «Hey, ¿alguna vez has visto a un hombre adulto desnudo? ¿has estado alguna vez en una prisión turca? ¿te gustan las películas de gladiadores» Steve Reeves fue Mr. Universo en 1948. Pudo ser algo más, pero se quedó en el Rey del Peplum: estuvo a punto de ser Sansón (y Dalida) pero eligieron a Victor Mature, rechazó el papel de James Bond en Agente 007 contra Dr. No, y también el que finalmente interpretara Clint Eastwood en Por un puñado de dólares. No obstante, tuvieron muchísimo éxito sus películas de Hércules. Con la aparición del Spaghetti Westem, Reeves y el Peplum pasaron a la Historia. Son algunos otros de los "mazas" que viajaron a Italia siguiendo la estela de Steve Reeves, para probar suerte en el Peplum. Sólo Gordon Scott rozó la popularidad de Reeves. Fue Tarzán hasta en cinco ocasiones. También probó suerte en el Peplum italiano: coinciden ambos en Rómulo y Remo, en la que interpretaban a los hermanos gemelos fundadores de Roma, amamantados por una loba. 

Ed Fury.- Mr. Muscle Beach'S 51 y '53, y sin ningún complejo a la hora de lucir cuerpo. Seguramente por ello fue otro de los favoritos de las portadas de las beefcakes magazines, lo que hizo que Hollywood se fijara en él rápidamente. Trabajó junto a Susan Hayward en Demetrius y los gladiadores, y era uno de los clientes del bar donde trabajaba Marilyn en Bus Stop. No dio para más. Se trasladó a Italia y rodó algunos Peplums. 

Mickey Hargitay.- Miklós era un acróbata húngaro que llega a EE-UU tras la Segunda Guerra Mundial. Comenzó a practicar culturismo al ver a Steve Reeves en la portada de una revista, y no paró de machacarse hasta ser elegido Mr. Universo 1955. Mae West le vio en una revista y le contrató para un espectáculo donde conoció a la espectacular Jayne Mansfield. Hicieron varias películas juntos, pero su mejor obra fue su propia boda y la decoración de su mansión de Hollywood, The Pink Palace, un templo kitsch que no tiene desperdicio. 

Otros clientes de Willson.- John Gavin.- Tan guapo como Rock Hudson (muchas veces les compararon: alto, moreno, con torso y espaldas im-presionantes, de hecho, heredó algunos papeles previstos para él). Aunque sin estatus de estrella participó en algunos proyectos importantes como Psicosis, Espartaco o Imitación a la vida. Trabajó con Hitchcock, Kubrick y Sirk antes de emular a James Bond en productillos europeos. De origen latino, dominaba el castellano, por lo que fue nombrado embajador en México para su amigo Ronald Reagan. No creo que Willson tuviera mucho éxito con Gavin. 

Nick Adams, malogrado chico Willson, del que todos destacaban su increíble potencial, incluso fue nominado al Oscar como mejor actor de reparto por A cualquier precio, junto a Richard Chamberlain, otro que podríamos incluir en esta lista. Años después se publicó sobre las circunstancias de su muerte, murió de sobredosis a los 36 años, y de su vida, se especulaba sobre la ambigua amistad que tenía con James Dean o Elvis Presley. 

Tom Tryon: George Cukor le llamó para acompañar a Marilyn en la inacabada Something's Got to Give, pero fue despedido tras el fallecimiento de la Monroe. Sus mejores trabajos los hizo con Otto Preminger: Primera victoria y El Cardenal, que le valió una nominación al Globo de Oro. En 1969 se retiró para escribir novelas de misterio con cierto éxito. Sus parejas más conocidas fueron el actor Clive Clerk, y el famoso actor porno Casey Donovan. 

Y la lista sigue...

Del blogger: Diario de un viaje imposible... Beefcakes: los chicos de Henry Willson.